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Gabriela Sabatini y sus 50 años: “A mí el tenis me dio mucho más de lo que me pudo haber quitado”

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La mejor tenista de la historia Argentina, cumple 50 años y hoy en su rol de empresaria no deja de recordar su gran carrera deportiva mientras que realiza la cuarentena en Miami. Por Javier Ayala.

En Argentina cuando se pronuncia el nombre de Gabriela Sabatini, se genera una admiración en cada una de las personas que conocen ese espíritu de lucha y su gran humildad, la cual no necesita expresar hacia afuera, sino en el anonimato demuestran el gran corazón que posee.

Cumpliendo las cinco decenas de vida, Gaby charló largo y tendido con el medio “La Nación” y no dejó tema por tocar, haciendo un repaso por todo lo que significó su carrera y lo que planea hacer cuando termine la cuarentena que la sorprendió en la ciudad de Miami.

Gaby no era una persona abierta a la hora de mostrar sus sentimientos, es más, era muy difícil que esbozara algunas palabras en su época de jugadora, la cual inicio a muy temprana edad a la vez que su reconocimiento creció al mismo tiempo. Con tan solo 15 años, Gabriela se encontraba disputando una semifinal de Roland Garros frente a la número dos del mundo, Chris Evert, “Sí, me acuerdo, es increíble, me lo pongo a pensar ahora: con 15 años estar en el estadio de Roland Garros es increíble. Yo en ese momento no tenía noción creo que de dónde estaba, contra quién estaba jugando. Aunque eso sí, porque Chris Evert era para mí. Cuando yo empezaba a agarrar la raqueta, que de hecho tuve una de ella, estaba muy arriba. Pero, sí, estar ahí jugando, a esa edad una no es tan consciente y no piensa en esas cosas. Yo disfrutaba tato de estar ahí, de poder llegar a una semifinal, en un torneo como es Roland Garros, en una ciudad como París. Creo que una no tiene consciencia de esos momentos, pero a veces miro fotos y digo: ‘Guau, qué chica que era’”.

“A mí el tenis me dio mucho más de lo que me pudo haber quitado. Soy una afortunada de haber vivido todo lo que viví. Me dio la posibilidad de viajar a tantos lugares, de conocer el mundo, de conocer gente, de tener amigos por todos lados. Todo eso, quizás, de otra forma no lo hubiese podido hacer. Me dio un crecimiento y una madurez. Yo era una persona muy introvertida, muy tímida, tenía mis experiencias en el colegio que marcaban una persona con mucha timidez. Y, bueno, el tenis, el tener que empezar a expresarme y ser un poquito más para afuera, me ayudó un montón en mi personalidad. Por supuesto que siempre elegí ser una persona privada, porque ese es mi perfil y es donde me siento más cómoda. Pero me hizo crecer un montón el tenis, todo lo que me dio es maravilloso. El contacto con la gente. Disfruto esta etapa”, expresó Gabriela sobre lo que significó el tenis para ella.

La cuarentena que afectó a todo el mundo la sorprendió en Miami, uno de los tres lugares donde vive ella a lo largo del año, los otros Buenos Aires y Zúrich, “Aguantando un poco estos días tan raros que estamos viviendo, difíciles de manejar, porque pasan muchas cosas por la cabeza. No me puedo quejar de nada, estoy en una situación o en un lugar muy cómodo, en Miami, donde se puede salir, hacer deporte afuera, que eso está muy bueno. Estoy acá esperando de irme a Suiza en algún momento. ¿Cómo me afecta en lo anímico? Es tratar de parar un poco la cabeza, porque el ser humano está acostumbrado a proyectarse, a pensar en el futuro, a planear. En mi caso lo mismo, estoy permanentemente moviéndome, entonces la cabeza empieza a pensar todas estas cosas y se hace difícil, más que nada a la noche. A veces me cuesta un poco dormirme, como creo que le pasa a todo el mundo. La gente que la está pasando realmente muy mal por su situación económica, son todas cosas que están en la cabeza y cómo haces para parar todo eso y no pensar”.

A pesar de ser una tenista de elite, alcanzando el puesto número 3 del mundo y ganando 27 títulos como profesional, muchas veces ella se boicoteaba así mismo para no tener que hablar al público, “Cuando era chica y pensaba que al ganar un torneo tenía que hablar, muchas veces perdía en semifinales para no hacerlo”, pero a pesar de su timidez, su gran corazón hizo que también sea querida por todos y por especial por Mónica Seles luego del incidente en donde la apuñalaran en Hamburgo y las mejores del mundo no quisieron que se le congelara el ranking con excepción de Gaby, “Gaby fue la única jugadora que me apoyó después del ataque. Ella pensó como persona, no en el ranking, no pensó en los sponsors ni en el negocio. Ella es una persona diferente al resto de las jugadoras que estaban en el tour”, contó Mónica.

La argentina tenía todo para ser número uno, pero más allá de tener que batallar con su gran enemiga tenística, la alemana Steffi Graff, la pelea era con ella misma, “Más que nada al principio, porque eso era cuando yo tenía 16, 17 años y empezaban con esto de la fama, de que la prensa hablara más de mí y a veces duele cuando son cosas sin conocimiento. Entonces, ahí es donde una tiene que empezar a separar y a entender de qué se trata eso, y a no salirse del lugar donde está, seguir el camino de los objetivos, de la profesión y eso es lo que siempre me permitió mantener el foco”.

Otro de los grandes logros de la sudamericana es haber obtenido la medalla plateada en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, lo cual la marcó en su carrera, “Fue una experiencia única, porque los tenistas no tienen la posibilidad, primero, de representar a tu país. No hay muchos eventos, salvo la Fed Cup. Y este [los Juegos Olímpicos] es el otro. En ese momento no había puntos para la WTA, pero era tan valioso y gratificante estar llevando los colores de Argentina y poder compartir con los otros atletas. Estás en el mismo edificio con los atletas argentinos, con los que te ves todo el tiempo, era como una familia, íbamos a comer todos juntos. Lo que me dio fue muchísima energía. Recuerdo que me levantaba a la mañana, estaban todos entrenando, preparándose para sus competencias y a una le daba muchas ganas, también, de entrenarse. Salí de ahí con unas pilas y unas ganas como nunca. Entonces, fue muy gratificante y hasta el día de hoy lo guardo en un lugar muy especial. Es donde respiras el deporte, te das cuenta y valoras todo el esfuerzo que hacen muchos atletas, porque la mayoría son, quizás, amateurs y se preparan solamente para ese momento. Ese es el momento, que por ahí dura dos minutos o un día. Eso me marcó mucho y hasta el día de hoy, que me gusta seguir ligada a los demás deportistas, alentarlos, acompañarlos y es hermoso. Me llena mucho”.

“Creo que eso influía mucho en mi juego, en mi estado de ánimo. Y claramente, Nueva York, Roma, eran lugares donde afuera de la cancha ya me sentía bien. Son lugares de mucha energía. Bueno, Italia, Roma, todo, una se siente como en casa porque tiene las mismas costumbres. Estamos hablando también de los públicos, porque en las dos ciudades eran públicos muy fervorosos, muy expresivos, se involucraban en los partidos y eso estaba bueno también, provocaba una situación de más energía y entusiasmo”, dejó en claro sus lugares en el mundo en donde logró grandes resultados, en Nueva York su único Grand Slam, el US Open, más dos Masters en el Madison Square Garden y en Roma donde conquistó en cuatro oportunidades el torneo de la capital italiana.

El Madison era una casa para Gaby, y pudo volver en el 2015 para jugar una exhibición con Mónica Seles, dejando un gran recuerdo en ella, “Me habían ofrecido jugar en el Madison el año anterior, no estaba preparada, yo no jugaba, no juego, quizás una vez cada tanto, pero creo que ahí habían pasado tres o cuatro años que no jugaba y había rechazado la propuesta, pero me había quedado un poco la idea, más que nada porque se trataba de volver al Madison, Nueva York. Cuando me lo preguntaron otra vez, lo pensé un poco y dije: “Ok, me comprometo a hacerlo, voy a empezar a entrenar”. Entrené cuatro meses antes del partido. Sí, yo me había quedado con una sensación un poco como de no disfrutar tanto del tenis y en esos meses volví a disfrutarlo como cuando era chica. Inclusive, [en el final de mi carrera] me costaba un poco el saque y ahí me sentí tan, tan bien, pegándole a los golpes, tan cómoda. Porque traté de tomármelo más tranquila. Siempre me tomo las cosas muy en serio. Dije: “Si no tengo ganas de entrenar un día, no lo hago”. No entrenaba todos los días, lo hacía día por medio. Con tenis, ¿no? Porque físico siempre hice y nunca dejé de hacerlo, lo que fue una ventaja. De lo contrario, me hubiese costado mucho más. Entonces empecé a hablar con Mónica, me acerqué otra vez a ella, entrenamos juntas. El proceso fue todo muy lindo. Y el día del Madison, estar ahí otra vez, había cambiado bastante, parecía otro lugar, pero lo disfruté un montón”.

Antes de terminar, expresó que le diría a la Gabriela Sabatini tenista, “No tengo nada que decir más que me siento orgullosa de quien fue esa persona, de todo lo que dejó esos años, todo lo que entregó por el tenis. Si vamos al detalle, puede ser, que las derrotas no las sienta como si fueran el fin del mundo. Más que nada, que sea algo positivo y no negativo, porque cuando perdía no quería saber nada con nada y creo que yo me exigía demasiado muchas veces y me jugaba en contra. Trataría de tomármelo con un poco más de tranquilidad, trataría desde el principio de buscar otras cosas para hacer. Lo había empezado a hacer más al final y me ayudó a sacar mucho la presión, tener otro entretenimiento, o saber que en la vida también se pueden hacer cosas sencillas. Eso trataría de incluirlo más en el tenis”.

Para finalizar expresó el deseo que tiene una vez que pase todo esto del Coronavirus y todo vuelva a la normalidad, “Abrazarme con mis seres queridos, ir a tomar un café o un helado con amigos. Pero más que nada, ver a mis seres queridos y poder abrazarlos”.

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Jenson Brooksby, el estadounidense que regresa al circuito tras casi dos años ausente

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El tenista norteamericano fue la gran revelación que tuvo esta edición del US Open tras llegar a los octavos de final del torneo. Por Damián Tiscornia.

Los Grand Slams y Master 1000 suelen ser esos torneos en los que alguna promesa confirma su buen momento deportivo y la proyección que puede llegar a tener en un futuro no muy lejano. Además, son los torneos donde los mejores tenistas del ránking buscan tener muy buenas actuaciones para continuar creciendo en el ránking. O, por qué no, donde el público comienza a conocer a tenistas que son protagonistas de historias increíbles.

Años atrás Jenson Brooksby fue la gran revelación de la edición 2021 del US Open, tras haber alcanzado los octavos de final y conseguir buenas victorias ante Taylor Fritz, Aslan Karatsev y Borna Coric. En aquella ocasión fue el serbio Novak Djokovic quien le puso freno a su andar victorioso en el último Grand Slam del año.

En sus primeros años el progreso de este jugador nacido en Sacramento en octubre del año 2000 había sido meteórico: desde principios de 2021 hasta julio de 2022 pasó del puesto 310 al 33 del mundo.

Sin embargo, en los primeros meses del 2023 comenzaron sus primeros problemas tras alcanzar la tercera ronda en el Australian Open. En marzo debió operarse la muñeca izquierda para reparar la vaina de su tendón, que estaba “dislocado al cien por ciento”; hacía dos años que la lesión lo venía molestando.

El estadounidense, que de chico fue diagnosticado con el trastorno del espectro autista y pudo superar el problema, esperaba volver a los dos meses. Sin embargo, luego una lesión ahora en su muñeca derecha lo obligó a volver a pasar por el quirófano.

Cuando se había recuperado de su segunda lesión fue la Agencia Internacional de Integridad del Tenis le propinó un nuevo golpe, al suspenderlo provisoriamente por haber faltado a tres controles antidoping en el lapso de 12 meses. En octubre de ese año confirmaron lasanción de 18 meses, que lo obligaría a estar alejado de las canchas hasta el 4 de enero de 2025.

Brooksby apeló la sanción argumentando “diversas circunstancias y fallos de comunicación” para explicar la “negligencia”. Además, el médico que trató su autismo explicó cómo la enfermedad afecta la toma de decisiones del estadounidense como un adulto y conduce a lo que ella denomina “una falta de funcionamiento ejecutivo”. Es decir, que muchas veces tiene problemas para entender las consecuencias de sus acciones.

La Agencia aceptó “reevaluar” su grado de culpa y terminó acordando una reducción de la sanción impuesta, que le permitía volver a jugar en marzo de este año. Sin embargo, por nuevas molestias físicas en uno de sus hombros y porque también eligió tomarse un tiempo para armar su nuevo equipo de trabajo y prepararse bien para el regreso recién pisará de nuevo una cancha en enero próximo.

Ya sin ranking ATP, su primer torneo será un Challenger en Canberra y luego viajará a Melbourne para disputar el cuadro principal del Australian Open con ranking protegido (que podrá utilizar porque lo pidió cuando estaba lesionado, antes de la sanción). En esta relanzamiento de su carrera Brooksby tiene un objetivo muy simple: “Convertirme en un mejor jugador”.

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Los Interclubes, un mundo aparte del circuito profesional

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Los torneos interclubes son el medio de vida de muchos jugadores que no tuvieron suerte en el circuito profesional. Conocé más sobre ellos en este informe. Por Damián Tiscornia.

El tenis es un deporte que mueve mucho dinero y demanda mucha inversión para practicarlo a nivel profesional. Sin embargo, no todos los jugadores del circuito tienen la posibilidad de tener una carrera que les permita igualar los gastos que tienen para mantener su carrera deportiva. Por varios motivos: deportivos, económicos y por qué no sociales.

No todos, por ejemplo, tienen la posibilidad de nacer en una familia que cuente con infinitos recursos económicos para tener todo al alcance de la mano y luchar por estar en la élite del tenis mundial. O en un país desarrollado socialmente. Tampoco todos los tenistas tienen la suerte de tener el revés de Roger Federer, la derecha de Novak Djokovic o la fortaleza mental de Rafael Nadal.

La falta de los recursos que sea lleva a muchos tenistas a buscar en los torneos Interclubes la posibilidad de buscar los recursos que necesitan para llevar una carrera deportiva en el circuito profesional. Otros, en cambio, tienen en esta clase de torneos su único medio de vida y dependen pura y exclusivamente de su desempeño en ellos.

Las líneas que se presentan a continuación intentarán reflejar la realidad que viven los deportistas que disputan los torneos Interclubes en Europa. ¿Se puede hacer una carrera jugando exclusivamente esta clase de torneos?, ¿cuáles son los países en los que se paga más dinero?, ¿los tenistas top los juegan a veces?

¿Qué son los interclubes?
Tal como lo dice su palabra, los Interclubes son torneos que se disputan entre clubes en gran parte del continente europeo; por lo menos allí es donde se reparte una muy buena cantidad de dinero. Alemania, España, Italia, Francia, Austria y Suiza son algunos de los países en los que se juega esta clase de torneos.

Los clubes que son animadores de los diferentes torneos poseen un organizado sistema que reúne a destacados deportistas que compiten por la gloria deportiva y por cierta estabilidad económica. En algunos oportunidades, incluso, son reforzados con tenistas top que tienen un espacio en su calendario y deciden jugar.

“Son competencias por equipos entre clubes de Europa. Dentro de cada país hay muchas categorías. En Alemania, por ejemplo, hay una competición nacional con diez equipos, la Bundesliga. Sin embargo, hay 6 divisiones más”, declaró años atrás Antonio Cordonnier en el portal Vida y tenis. “Al momento de fichar un jugador extranjero, los clubes buscan que sea el mejor jugador del equipo para así mejorar la plantilla y tener más posibilidades de ganar”, agregó más adelante.

Las condiciones
El argentino Ariel Rossi, que pasó sin pena ni gloria por el circuito profesional, contó en el 2011 cómo viven quienes juegan esta clase de torneos. “Lo habitual, para nosotros, es alojarnos en casas de familia; en algunos casos, el club te alquila un departamento”, sostuvo en el diario La Nación.

El uruguayo Gonzalo Bancalari, por su parte, agregó que los jugadores en muchas ocasiones viven juntos para abaratar costos. “Siempre fue así para los jugadores de nivel profesional del más bajo y más para nosotros, los sudamericanos, que siempre nos costó mucho todo”, afirmó a Ubitennis.es quien juega en Alemania desde el 2016.

Bancalari defiende desde el 2017 al TC Bischweier junto a sus compatriotas Rodrigo Arus y Erick Silva, quien además es el propietario de la academia en la cual trabaja dando clases. “Tuve oportunidades de jugar en otros clubes, pero me siento muy, muy cómodo en el club donde estoy porque siempre me trataron muy bien”, sostuvo.

El uruguayo de 23 años, además, contó que generalmente la temporada comienza en la primera o segunda semana de mayo y se extiende hasta la última de julio porque en agosto ya comienzan las vacaciones de verano europeo. Esa es una de las grandes diferencias que tienen los Interclubes con el circuito profesional.

Según relató Rossi en su momento, en Francia también se juega en el mismo período de tiempo y la estructura del torneo está dividida en varias divisiones de ascenso. “Uno, si se organiza bien por regiones, puede jugar hasta tres torneos por semana. Si te va bien, se contactan con vos y te llevan”, resaltó.

Hablemos de números
Una de las grandes preguntas que el lector se puede hacer es saber cómo llegan los jugadores a contactarse con los clubes para defenderlos y jugar en ellos. “Las profesionales lo conocen, se sabe, aunque normalmente lo que más funciona es el ‘voz a voz'”, declaró en el 2012 la catalana Laura Pous en el portal Punto de break.

De todas formas, el ‘boca a boca’ no es el único medio que tienen los tenistas para llegar a los torneos según relató la propia Pous. “Incluso hay agentes que se encargan de buscarte clubes por Europa, a cambio de un 5% de lo que ganes aproximadamente; yo lo tuve un tiempo, pero prescindí de él al poco tiempo”, dijo quien se retiró en el 2016.

Sin embargo, no todos pueden jugar esta clase de torneos. O, mejor dicho, no todos la tienen tan fácil, dado que quienes no possen pasaporte comunitario deben sortear otros obstáculos, según contó Juan Manuel Valverde a La Nación en 2011. “Al no tener ciudadanía europea, este año tuve que jugar diez torneos por plata, en certámenes rentados de la Federación francesa. De esa manera quedás habilitado para jugar en los clubes”, dijo.

A la hora de hablar de números Bancalari no duda en afirmar que donde mejor se paga es en Alemania y Suiza. “Eso es sin lugar a dudas”, sostuvo. En 2011 Rossi también se expresó en la misma línea que el tenista uruguayo. “En la Bundesliga se paga mejor”, declaró el argentino en aquel momento.

¿Cuánto puede percibir un jugador por disputar un torneo? Todo dependerá del ránking que tenga: cuanto más arriba está, mayor será la remuneración que recibirá. A un jugador de nivel medio-bajo, por ejemplo, se le puede abonar entre 500 y 800 euros por cada encuentro ganado. Un jugador ubicado en el top 200 podría llegar a cobrar 2.500 dólares y uno del top 100 6.000 dólares. “Los clubes te pagan por jugar, ganes o pierdas”, declaró Antonio Cordonnier años atrás.

Al ser el tenis un deporte deficitario para quienes forman parte del circuito Challenger y por lo general juegan Torneos ITF, éstos muchas veces optar por jugar Interclubes durante algunas semanas para cubrir los gastos que tienen durante todo el año, principalmente en materia de traslados y hospedaje.

La argentina Erica Krauth fue una de las que en su momento jugó los Interclubes para poder llevar adelante su carrera deportiva. “Pude sostenerme económicamente jugando Interclubes, algo que en la Argentina sería imposible”, dijo a La Nación quien en Alemania se consagró campeona con Damen Meister. “Los Interclubes son un mundo aparte”, resaltó quien se retiró de la práctica activa del tenis en el 2010.

“El circuito de la ATP es para cien personas. Para el resto es difícil. No ves plata; estás invirtiendo, más que ganando. Seguís viajando y jugando, pero es un gasto enorme, vas a pérdida. Los Interclubes pueden ser una forma de ganarse la vida y tener una base para seguir intentando con los Futures o Challengers después”, contó Alejandro Kon.

“También se dan mucho los bonus, en los que ganas más según venzas o no, tanto a nivel individual como de equipo, porque al final lo que quieren es ascender de división o no descender, y también les gusta mucho que sientas el equipo”, destacó Laura Pous, que en enero de 2012 llegó a ocupar el puesto 72 del escalafón mundial.

Ahora, ¿de dónde sale todo el dinero que se necesita? Los clubes por lo general cuentan con buenos presupuestos por los ingresos que tienen las diferentes academias de tenis por la cuota social que cobran y el alquiler de canchas. “También cuentan con dinero de los ayuntamientos, además de sponsors de la misma Federación Francesa de Tenis que también hacen aparición en estos campeonatos”, aseguró la periodista francesa Charlotte Ezdra.

Tenistas top dicen presente
Cierto es que esta clase de torneos son disputados en su gran mayoría por jugadores que no tuvieron demasiado recorrido en el circuito profesional o que, como vimos, acostumbran jugar Torneos ITF o Challengers y necesitan ganar cierto dinero para minimizar las perdidas. Sin embargo, eso no quita que jugadores ubicados entre los mejores del mundo en algún momento opten por defender a algún club; no hay nada que lo impida.

Años atrás, por ejemplo, el austríaco Dominic Thiem siendo el número ocho del mundo se hizo un hueco en su calendario para representar al TK Mannheim, el campeón de Alemania. Quizás en sus comienzos no, pero está claro que hoy en día el dinero que pueda llegar a recibir en un torneo de esta categoría no le hace la diferencia a esta clase de jugadores.

En ese sentido, Bancalari aseguró que hasta el momento no tuvo la fortuna de compartir equipo con figuras del circuito, aunque sí le tocó enfrentar a jugadores ubicados en el top 200 del ránking mundial y a extenistas de muy buen nivel. “La diferencia es grande, por supuesto”, afirmó quien salió de la escuela del entrenador Marcelo ‘Toto’ Aguirre.

Si bien tenistas ubicados en el top 30 del ránking mundial en algún momento pueden haber jugado algún partido puntual en los Interclubes, lo que abundan son ejemplos de jugadores que luego de haber jugado Interclubes ingresaron a la élite del tenis mundial. Obviamente que esta clase de torneos no tuvieron ninguna incidencia para que ello sucediera, sino que fue consecuencia de la evolución que tuvo el jugador en su juego a medida que fue creciendo.

El Interclubes argentino
Más allá de los torneos que se llevan adelante en territorio europeo y en los que participan jugadores de diversas nacionalidades, en Argentina se disputa anualmente un torneo Interclubes que es organizado por la Asociación Argentina de Tenis (AAT). En él participan los clubes afiliados en las categorías de menores, libres, y veteranos, tanto en caballeros como en damas, y sus competencias son mixtas.

El torneo, que se disputa desde finales de los años setenta, es la competencia más convocante del circuito nacional y tiene como finalidad el desarrollo del tenis en cada uno de los clubes que participa. Además, busca el fortalecimiento de los valores de respeto y camaradería entre instituciones y jugadores.

La AAT como organizadora del campeonato se encarga de distribuir cada uno de los equipos en categorías por las edades de los jugadores y en divisiones que definen y equilibran los niveles de juego. También acompaña a las instituciones participantes en el desarrollo y crecimiento de esta disciplina.
Según informó Clarín en diciembre del 2019, los torneos Interclubes siempre fueron un sostén económico para la AAT por las afiliaciones de las instituciones que participan en ellos y los pagos de inscripciones y de carnets.

A diferencia de lo que sucede en Europa, las instancias finales son disputadas por jugadores que todas las temporadas son grandes animadores del circuito ATP. En el 2019, por ejemplo, Diego Schwartzman, Guido Pella, Leonardo Mayer, Horacio Zeballos y Máximo Gónzalez fueron algunos de los que jugaron para diferentes clubes. “Lo que gana la mayoría de los jugadores es apenas simbólico”, contó a Clarín un entrenador de primer nivel que prefirió no ser identificado.

“Muchas veces los chicos representan a un club porque usan sus canchas para entrenarse, por la afinidad con la comisión de Tenis o, en varios casos, por el cariño que le tienen al club. Distinto es el caso en la Bundesliga alemana, por ejemplo: allí un top 100 puede ganar unos 5 mil euros por partido”, resaltó el mismo entrenador.

Cuarenta años atrás los mejores jugadores argentinos del momento también disputaban el campeonato Interclubes de Primera. En aquel momento, por ejemplo, un club como Ferro Carril Oeste, que en aquel entonces estaba en su máximo apogeo social, deportivo y económico, llegó a invertir unos 35 mil dólares en su equipo de varones.

Como se ve, los torneo Interclubes que se disputan en Europa suelen ser el refugio de muchos tenistas que no tuvieron la suerte de tener una carrera exitosa en el circuito ATP y además son el salvavidas económico de quienes la continúan peleando en los torneos de menor categoría del circuito profesional. Pero de algo no hay dudas amigos lector: también son un mundo aparte…

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La odisea de Juan Martin del Potro luego de la vida como tenista: “Hago mucha terapia”

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El ex tenista argentino compartió la realidad que vive hoy, después de haber dejado las canchas por las constantes lesiones que se le presentaron en toda su carrera.

En la conciencia de todos los seguidores del circuito profesional de tenis, ya sea tenistas, entrenadores, periodistas, público y demás participes del deporte blanco, sin lugar a dudas está presente la sensación de que Juan Martin del Potro podría haber sido tranquilamente número uno del mundo sino fuese por las lesiones que lo aquejaron en toda su carrera.

La gran potencia con la que contaba, sumada a la gran actitud que ponía en cada uno de los encuentros, dejaron ver que podía ganarle a todos los mejores del circuito (de hecho, lo hizo en reiteradas ocasiones), y treparse a la cima del ranking mundial y compartir el lote de los grandes jugadores de la historia.

Pero las lesiones que lo acompañaron a lo largo de su carrera profesional, seguidos de muchas operaciones, hicieron que todo se diluyera a pesar de formar parte de un grupo de tenistas de excelencia.

En una entrevista con el medio La Nación, el tandilense expresó como es su vida después de la competencia deportiva, confesando más operaciones de las que se registraron públicamente, “Yo 8 veces me operé de la rodilla. Públicamente se sabían 4 o 5, pero en privado, me operé 3 veces más”.

Las crudas palabras de Juan Martin denotan una odisea a lo largo de su vida tenística la cual continúa alejado de las canchas, “Hoy en día lo único que pido es subir una escalera sin dolor o poder ir a Tandil manejando. Son 4 horas de auto que hacía de taquito y ahora tengo que parar 10 minutos porque me duelen las rodillas”.

“De lo que venía haciendo a verme así, pensando qué hacer para llegar manejando a Tandil sin sentir dolor… es una calidad de vida que no tengo. Me angustia”, confiesa el ex número 3 del mundo con una gran tristeza.

La psicología es un gran aspecto en lo deportivo que tuvo el argentino a lo largo de su carrera, pero comentó que en esta etapa tuvo que sumar muchas más horas para poder sobrepasar estas problemáticas con su salud, “Hago mucha más terapia de la que tenía que hacer porque no soy tan capaz de sobreponerme a ciertas situaciones de la vida que me fueron tocando. La voy llevando a veces mejor, a veces peor”.

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